Stephen Curry el artillero de las marcas.

Como profesional, se ha embolsado US$ 44 millones a lo largo de siete campañas; su sueldo anual ronda los US$ 11 millones, de acuerdo al sitio especializado en cotizaciones deportivas, Spotrac.

El insurgente Curry aún tiene camino por recorrer para destronar en la cancha del marketing a la estrella de la liga en la última década, LeBron James. El alero de los Cleveland Cavaliers percibe unos US$ 20 millones al año de salario, mientras que las marcas le aportan otros US$ 45 millones.

De todas las marcas que integran el universo Curry, Under Armour es la más importante. La empresa de ropa deportiva tiene razones para adorar al base, y no solo porque juegue bien.

Los números son elocuentes. En plena euforia por los Warriors en las finales, las ventas de calzado de Under Armour se catapultaron 754% respecto de 2014. Curry hace llover triples (tiene un asombroso 44% de efectividad) y también le hizo ganar US$ 153 millones a la compañía de Kevin Plank con la venta de championes en el pasado trimestre entre julio y septiembre.

El fichaje de Curry por Under Armour, en 2013, le costó «apenas» US$ 4 millones al año a la empresa, una verdadera ganga a la luz de los resultados posteriores en ventas que logró la compañía.