Marcelo, una historia que vale la pena compartir.

“Si no hubiese sido por mi abuelo, no hubiese jugado al fútbol. Él me hizo ser todo lo que soy. Él creyó en mí antes de que nadie creyera. Cuando quise dejar todo, a los 15 años, me llevó a seguir. Es mi ídolo. Le debo todo”, dice Marcelo Vieira, actual lateral del Real Madrid y uno de los mejores laterales del mundo.

MEU HERÓI… HOJE O CÉU GANHOU MAIS UMA ESTRELA !

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“Cuando era un niño mi abuelo me daba dinero (15 reales) para ir a jugar en los entrenamientos del Flamengo, mi familia era un poco pobre pero mi abuelo me daba dinero para pagar mi capricho de jugar fútbol, un día en los últimos entrenamientos iban a escoger a 3 jugadores para estar en el equipo, mi abuelo me dijo que esta vez no tenía dinero para yo poder ir a los últimos juegos, me dijo que solo tenia 2 reales estaba muy triste. En el mismo bar había una máquina de juegos donde había banderas de varios equipos, escogí la bandera de Croacia que insólitamente, fue la que le dio el premio mayor, que le permitió contar con lo necesario para ir a la práctica que definía su futuro. El chico fue elegido para el equipo y a la vuelta, con los reales que sobraban, pagó una hamburguesa y un jugo para él y para su abuelo. Fue su primera hazaña.

“Empecé en el fútbol sala en el Helénico, un equipo que disputaba campeonatos de segundo nivel. Era una especie de libero con funciones que no tienen nada que ver con las de un lateral. Me vio el Fluminense y me quiso llevar. Pero a mí no me gustaba el fútbol 11. Mi abuelo Pedro, que fue jugador, me decía: ‘Ve, que te va a gustar’. Yo me negaba. Sólo quería jugar al fútbol sala. Pero, al final, jugué un campeonato a la fuerza. Me pusieron de extremo y de lateral. Y ahí me quedé”,

Después de varios años cuando tuve la suerte de estar en el Real Madrid mi primer gran sueldo todo todo se lo di a mi abuelo, después de eso cada vez que voy a Brasil como en ese bar. Nunca me olvidaré de donde vengo”.

El día más duro de la vida de Marcelo ocurrió durante el Mundial de Brasil 2014, justamente en su tierra, cerca de los suyos. No se trata del 7 a 1 ante Alemania, que sólo le agregó tristeza. En las horas previas al partido, a sus 78 años, Pedro Vieira da Silva Filho no resistió más y murió en un hospital al sur de Río de Janeiro. Su salud ya estaba muy deterioriada debido a que sufría un cáncer a la médula ósea.