Luis Suárez, el levantacopas.

Desde su llegada a mediados de 2014 ganó tres Ligas, cuatro Copas del Rey, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa, una Champions League y un Mundial de Clubes.

Apenas cuatro temporadas le alcanzaron también para colarse entre los máximos artilleros en la historia del club. Está sexto con 149 gritos. Solo lo superan: Josep Escolà (158), Josep Samitier (184), Ladislao Kubala (194), César Rodríguez (232) y Lionel Messi (547).

“El recibimiento de los compañeros fue espectacular. Espero poder disfrutar y doy gracias por cumplir un sueño que tengo desde pequeño que es jugar en el Barcelona. Desde chico, y con la relación con mi señora y su familia que son de aquí, soñaba con esto pero lo veía muy lejano. Cuando se dio la posibilidad de venir no dudé en ningún momento”, señaló en su demorada llegada, el 19 de agosto de 2014, tras el cruce que tuvo con Giorgio Chiellini en la Copa del Mundo. “Estando en el Barcelona te van a mirar con lupa. Puede que me miren más de cerca, acepto cualquier cosa, estoy acostumbrado a cualquier tipo de retos por lo que he vivido. Vengo a ayudar, soy delantero y me gusta hacer goles, esperemos cuando me toque aportar todo lo que pueda para que el Barça gane, que es lo importante”, agregó, con una sonrisa de oreja a oreja, en sus primeras horas como “culé”.

Tan solo cuatro años pasaron de aquel momento: 11 vueltas olímpicas, cinco goles clásicos y una estrecha amistad con Lionel Messi, el mejor jugador del mundo y para muchos, de todos los tiempos.

Prometió “entrenar duro y trabajar” y cumplió con creces. Sus buenos rendimientos, incluso, llevaron a que la dirigencia extienda rápidamente su contrato. Hoy su vínculo con el Barça lo une hasta el 2021, con posibilidad a una temporada más.

Asimismo, mantiene su cláusula de rescisión de 200 millones de euros para evitar cualquier tipo de tentación. De todos modos, él ya fue bien claro: “Siento una felicidad completa, al máximo por esto, por estar donde quiero estar y ser más feliz que nunca. Es un regalo para mí. Es lo que queríamos las dos partes: el club y yo. Voy a tener 34 o 35 años cuando acabe mi contrato. La ambición de seguir consiguiendo títulos no va a faltar, pero luego físicamente ya se verá”.