Locura en La Boca.

No importa qué día de la semana se llegue a Buenos Aires, porque el ritmo es siempre el mismo. La locura, sin embargo, esta vez es mayor. Boca Juniors anunció que abriría las puertas de La Bombonera, su estadio, para que los hinchas alentaran al equipo antes de la final de este sábado (hora 17.00) en el Monumental por la Copa Libertadores. Y todo colapsó.

Llegar hasta La Boca fue un martirio y pasar por entre el mar de gente que esperaba para ingresar, mucho más. Había hinchas desde las 5 de la mañana para poder estar. No importó que fuera un día laboral, que el entrenamiento fuera en horario pico ni el calor pesado. Casi nadie faltó.

Boca Juniors está pronto, o casi. Guillermo todavía tiene que confirmar el equipo, pero nadie espera que lo haga hasta un rato antes de que comience el partido. El xeneize, que en la ida igualó 2-2 con River Plate, está completo desde el punto de vista motivacional. A 48 horas de lo que de este lado del Río de la Plata se conoce como La Final del Mundo, Boca Juniors recibió el cariño de su pueblo y el mandato de ganar como sea el sábado en Núñez.