l chico de Plateau le contó que trabajaba como ayudante de cámara y que tenía sueños y proyectos y nadie podía ayudarle, así que sólo quería que Samuel le hiciera un préstamo. El futbolista decidió ayudarle. “Toma un cheque de 4.500 euros. Guarda tu número y dame el tuyo. Volveré dentro de un año”. El camerunés reveló que aquél chico bajó de su coche muy motivado por el préstamo que le hizo.
Samuel Eto’o volvió al año siguiente a Costa de Marfil, pero ya era conocedor del éxito que había tenido aquél chico, pues le llamó dos meses antes para decirlo todo lo que había logrado. El chico había montado su propia ferretería y tenía en propiedad dos taxis. Como buen empresario, dirigía su tieneda y dos taxistas le conducían los coches por la noche.
Eto’o se mostró orgulloso de aquél gesto que había hecho tan solo un año antes ya que gracias a esos 4.500€ había ayudado a un chico a cumplir sus sueños, y además estaba dando trabajo a 25 personas entre el negocio de la ferretería y los taxis.