Sin ideas, rebeldía ni juego colectivo, y con una pobre actuación en defensa, Nacional cayó goleado 4 a 1 ante el Cruzeiro la final de la Copa Bimbo, dejando una pobre imagen en el Centenario.
El partido no comenzó bien para Nacional, que desde los ocho minutos ya caía ante el conjunto brasileño.El Cruzeiro se mostró mejor desde el arranque del partido, luciéndose con su “jogo bonito”, y manteniendo la diferencia durante todo el encuentro.
Tras el primer gol, Nacional salió a buscar el empate, sobre todo por medio de “Matute” Morales y el “Chapita” Blanco, los más inquietos en el ataque.
Pero no sólo no llegó el gol, sino que el Cruzeiro siguió encontrando espacios en el fondo tricolor, los cuales supo aprovechar para ponerse 2 a 0 arriba gracias a Ramíres.
Minutos después del segundo gol brasileño, llegó la única alegría para Nacional gracias a una buena jugada de Ángel Morales, que habilitó con mucha precisión al “Cacique” Medina en el medio del área, quien se arrojó para poner las cosas 2 a 1.
Cuando todo hacía suponer que el trámite del partido se haría más favorable para el tricolor en busca del empate, llegó como un balde de agua fría el gol de Thiago Ribero, tercero del Cruzeiro y tras un grosero error de Leonardo Burián.
Como si esto fuera poco, apenas dos minutos después una nueva desatención en el fondo propició el cuarto y la goleada del Cruzeiro, en una noche negra para los equipos uruguayos.
Cuando se iba el primer tiempo, Roberto Silvera pitó correctamente un penal para Nacional. Tal como lo venía haciendo, el encargado de ejecutarlo fue Blanco, pero esta vez no tuve la precisión de otras veces y su disparo fue parado por Fabio, el arquero del Cruzeiro.
Por suerte para el tricolor, el Cruzeiro sacó el pie del ascelerador en el segundo tiempo y no siguió buscando el gol.
De todos modos y a pesar de esto, Nacional siguió sin encontrar los caminos o inquietar al Cruzeiro, cerrando un partido más que decepcionante que despierta preocupación de cara a todo lo que viene.
En Nacional hubo poco para destacar y mucho que lamentar, como la lesión de Martín Rodríguez, una de las incorporaciones, que abandonó el campo de jugo sentido.